Hay tipos de cerraduras que se pueden abrir aunque tengan las llaves puestas y por eso hoy queremos ver cómo se puede hacer en el caso de que hayas salido de casa y hayas cerrado la puerta con las llaves en la cerradura.
Si es tu caso y no puedes entrar en tu hogar pero no te has dejado puestas las llaves, puedes dar gracias ya que será mucho más sencillo abrirla que sí estuvieran puestas en la cerradura. Cuando venga el cerrajero podrá abrirla en cuestión de minutos. Eso sí antes llama a más de un cerrajero para quedarte con la opción que te parezca más profesional a la vez que económica.
En cualquier caso puedes intentar abrir la puerta tú mismo siempre y cuando las llaves no estén echadas. Para empezar hay que comprar una botella de cualquier refresco de litro y medio y cortarla para conseguir hacer una hoja con la que vas a trabajar para abrir la puerta. Es muy importante que lo hagas con mucho cuidado para que no dañes el marco.
Para empezar mete la hoja de plástico creada con la botella a la altura del resbalón de la puerta. Ve haciéndolo poco a poco y cuando notes que ha traspasado la puerta, lo que tendrás que hacer es ir bajando poco a poco la hoja con movimientos de sierra. Cuando el plástico pase por encima del resbalón, notarás que la puerta se va moviendo más. Debes continuar haciendo el movimiento hasta que la puerta se abra.
Si se resiste la cerradura con esta técnica, puedes probar a dar al plástico un baño de agua y jabón ya que de esta manera resbalará mejor. Ten en cuenta que esta técnica no es nada sencilla de realizar por lo que seguramente tendrás que repetirla más de una vez hasta lograr que se abra la puerta. Si no lo consigues, tendrás que llamar aun cerrajero para que la abra sin ningún problema.